viernes, 4 de agosto de 2023

Palacio del señor de Cembranos o de Torrealba


Plaza de San Marcelo, 18

Fue construido en el siglo XVII y su estilo más relevante es el barroco. Se mandó construir por D. Alejo Olmos Pimentel en el año 1672. En 1693 pertenecía a D. Alejo Olmos Quiñones y Girón, marqués de Torreblanca, caballero de la Orden de Santiago. En 1758 se adquiere este edificio por Doña Teresa Ruiz de Herrera y Ascona, viuda de D. Andrés Escobar Castro, hijo de D. Bartolomé Escobar y Castro, señor de Cembranos y de Doña Ana Francisca Osorio de la carrera, cuya heráldica se conserva en su frontis. También residió en este palacio D. Pedro Balanzategui Altuna, General y alcalde de León en dos ocasiones entre 1857 y 1868.

Escudo de armas de Escobar

 

El escudo tiene cinco cuarteles. Primer cuartel: en fondo de oro tres ramas o escobas verdes con cintas rojas, dos en jefe y una en punta, de los Escobar. Segundo cuartel: seis roeles de los Castro. Tercer cuartel: dos lobos pasantes de los Osorio. Cuarto cuartel: una torre almenada de los Carrera. Quinto cuartel: dos llaves entre seis luneles; tres lises de oro, de los Quirós. Bordura: aspas de san Andrés. 

 

Escudo de armas de Ruiz Herrera

 

 Cuadrilongo y redondeado en la punta. El escudo está cortado. Primer cuartel: trae sobre la plata una cruz de gules. Segundo cuartel: sobre oro tiene tres calderas de sable bien ordenadas. Bordura: sobre gules trae diez calderas de oro. Lambrequines: se limitan a una cartela, con amplias filacterias, que se retuercen hacia fuera.


 Escudo de armas de Carrera

 

Campo rectangular con base curvada. Cuartel: sobre campo de azur trae una torre de plata en el cantón diestro de la zona del jefe que aparece aclarada de azur y puesta sobre un monte de oro que ocupa desde la punta del campo hasta la base de la misma, un caballero armado de plata con lanza del mismo metal en su mano diestra y jinete de un caballo con guarniciones de oro y gules, sube al galope para atacar la puerta del castillo, aparece a la diestra mientras de su boca sale una leyenda que no se aprecia bien. Lambrequines: Se adornan con una cartela de amplias filacterias y se acaman en la cruz de la Orden de Santiago.